Nombre completo: Muradar Silverblade
Clase: Caballero
Raza: Humana
Sexo: Masculino
Edad: 22 años
Estatura: 1,82 m
Peso: 90 kg
Alineamiento: Legal Bueno
Nacido en la lejana ciudad guerrera de Baringar, Muradar fue entrenado toda su vida en la senda de buscar la perfección moral por la orden sagrada de los caballeros de Baringar y es por ello que mantiene una vida acorde con sus votos. La protección del más débil, el respeto a las leyes, dar a cada uno lo que le corresponde y cumplir siempre su palabra han sido las directrices a seguir.
Una vez que Muradar cumplió los 20 años se le dió la elección de ser nombrado caballero de la orden (lo que implicaba quedarse para siempre en Baringar) Muradar no tenía intenciones de irse de la ciudad en que siempre vivió, donde tenía a su familia y sobre todo, donde las leyes se respetaban al pie de la letra, por tanto decidió ser nombrado caballero.
Sin embargo, la noche anterior a su nombramiento tuvo un extraño sueño donde era visitado por personas y seres desconocidos que le decían "el mundo exterior te necesita, tu destino no está en Baringar, la humanidad te encesita".
Así fue como en la mañana en la ceremonia de nombramiento, cuando su maestro le preguntó "¿prometes seguir el código de la orden por sobre todo y defender nuestra ciudad de cualquier mal?" Muradar le respondió "prometo seguir el código, sin embargo, aunque falte a mi palabra, no defenderé a nuestra ciudad, mi ciudad no me necesita... llevaré las enseñanzas de la orden a los lugares que más las necesiten, lugares donde reine la desesperanza y la injusticia, seré la luz que protege a los desvalidos y el acero que destruye la maldad, llevaré la paz a los que la necesiten".
Un estallido de murmullos se esparcieron por la capilla, sin embargo, el maestro levantó una mano y estos se apagaron inmediatamente. Miró severamente a Muradar. Luego con voz firme sentenció "Muradar Silverblade, has faltado a tu palabra como caballero y por lo tanto serás exiliado de esta ciudad."
Nuevamente los murmullos estallaron en la capilla pero esta vez ninguna mano se levanto para acallarlos, el maestro levantó a Muradar y lo llevó hasta la puerta de la ciudad, a lo largo del camino, la gente de la ciudad salía de sus casas para ver lo que ocurría. Al llegar al gran portón, el maestro lanzó a Muradar fuera de la ciudad y sentenció "nunca más vuelvas". Luego dió un paso fuera de las puertas y levantó a Muradar y con un fuerte apretón de manos y su cara llena de orgullo le dijo "ve y mejora nuestro mundo, caballero sabes que por nuestras leyes no puedes volver, sin embargo tienes razón y me enorgullece haber sido tu maestro" dicho esto se volveó y cerró las puertas detrás de si.
Fue así como Muradar se convierte en un caballero errante en busca de su destino, ayudando a todo aquel que lo necesitaba en las carreteras. Hasta que un buen día llega a una ciudad llamada Aresden y se encuentra con una extraña mujer que le hizo entender que había llegado al lugar donde era necesitado... le dijo que la oscuridad se avecinaba y se necesitaba de una luz que diera esperanza... en ese momento descubrió que había encontrado su destino.